



Estas pequeñas piruetas las hice a la altura del km 48 del ramal, al sur de Buchanan, probando el sistema de bloqueo de diferencial trasero ARB recientemente instalado.
Aca un poquito de barro para adornar la chata
Mi amigo Coco con su zorra multipropósito, cortando el pasto sobre las vías, cerca de Buchanan
Aca se puede ver la cortadora de pasto a motor montada sobre uno de los laterales. Se la puede cambiar de lado e incluso colocar al medio.




Lo armé y funciona perfectamente. Creo que no se va a romper más por un largo tiempo, sobre todo si consigo copilotos que no se quieran bajar....
Las vias por el apeadero
Avanzando por el terraplen en Guernica 




Se complica andar porque la trocha es muuuuy angosta para la chata
En ese "tunel" encontraríamos una sorpresita
Nos afanaron las vias .........

Como no íbamos con la zorra, igual seguimos....
Acá en el KM 50 (no se robaron el cartel todavía....)
Algunos obstaculos requirieron planchas
Así llegamos al hermoso puente del arroyo Abascay

El paisaje muy bueno
Dejamos esto para otra vez (ya no hay vías)
Conclusión: Estuvo divertido pero se va poner mejor el día que llueva un poco. Hay lugares que pasé fácil pero que habría peludeado lindo si había algo de agua. Algun socio local me va a tener que acompañar....
Yo salí de Buenos Aires el domingo por la mañana para encontrarme con Pablo en Bahía Blanca por la tardecita del domingo y salir desde allí con su chata para estar cerca de la primera bien temprano por la mañana. Así lo hicimos y terminamos durmiendo en Choele Choel, donde llegamos poco antes de las tres de la mañana. Nos despertamos al amanecer con la salida del sol y con mucho frío, tal como siempre pasa cuando uno duerme en el vehículo.
Empezamos a ir hacia el oeste hasta que encontramos un alambrado con un cortafuego que salía hacia el norte y lo seguimos hasta llegar al paralelo 39 donde nos pusimos a 5,4 km de la confluencia, pero sin poder pasar con las chatas. 500 metros antes vimos otro cortafuego que seguía hacia el oeste pero no podíamos sortear el alambrado con la chata.
Así que, como el clima era agradable, dejamos ahí la chata con el permiso del dueño y nos hicimos la larga caminata en buena parte por la picada y el resto a campo traviesa, totalizando seguramente más de 12 km entre ida y vuelta, debido a los naturales rodeos.
Al llegar a las cercanías de la confluencia alcanzamos a divisar un puesto donde se podía ver un vehículo, por lo que tal vez podríamos haber intentado por la otra opción, aunque nunca sabremos si nos hubieran permitido entrar.
Tan cansados estábamos de caminar que no quisimos hacer el kilómetro que faltaba para llegar al puesto y averiguarlo, así que sacamos las fotos y nos volvimos: Río Negro ahora tiene todas sus confluencias capturadas o al menos con intento de captura. 









